Hola Hola! Bueno, hacia tiempo que estaba poco inspirada, por eso estuve inactiva un tiempo. Hacia ya un tiempo que había empezado este cuento y estaba sin terminar por este motivo, así que hoy me decidí a terminarlo. Es cortito, pero tiene muchos sentimientos míos en el. Espero que les guste y, eso, nada :$


*Ring*
<<Mierda.>>
Lentamente me di vuelta hacia la mesa de noche y tome el teléfono, atendiendo sin mirar.
-¿Hola?-dije con voz ronca.
-Hola (chico).
-¿(Chica)?-dije sentándome de pronto, mi mente aclarada por la preocupación-¿Estas bien?¿Paso algo?-cosas terribles pasaron por mi mente que provocaran la llamada a esta hora.
Por el auricular escuche su suave risa, esa que me tranquiliza y logra llenarme el alma y hacerme sonreír.
-No te preocupes (chico), todo está bien. Más que bien de hecho, tu ciudad tiene un aeropuerto muy hermoso, las sillas son geniales-dijo con una sonrisa en su voz.
-¿Mi ciudad?¿Aeropuerto?-pregunte intentando procesar la información-Tu… ¿Estás aquí?-pregunte de pronto, entendiendo lo que me decía, y levantándome de un salto para cambiarme.
-El azul le da un toque relajante al ambiente, está muy bien pensado-siguió ella conteniendo la risa.
-Pero… ¿Cómo?-pregunte bajando las escaleras y tomando las llaves.
-Regalo de graduación.
-¿Por qué no me lo dijiste?-pregunte aun incrédulo, ¡Ella está aquí!
-Quería darte la sorpresa, ¿Estás enojado?-pregunto con la preocupación en la voz.
-¿Enojado? ¡No podría ser más feliz!-le dije emocionado, entrando al auto.-No tienes ni idea de cómo anhelaba este momento.
-Tu tampoco-dijo recuperando la alegría en la voz.-Bien, debo irme a buscar mi hotel (chico), mañana nos vemos, a menos que estés ocupado-dijo de pronto seria.
-No, no lo estoy, y aunque lo estuviera lo cancelaria para estar contigo.
-Awwww-pude imaginarla sonrojada y sonriente.-Bien, debo irme ahora, mañana nos vemos.
-No no no, te quedas ahí hasta que yo llegue, iré a buscarte (chica)-le dije encendiendo el auto.
-No (chico), no lo hagas, puedo arreglármelas sola, tu ve a dormir.
-Nada de eso señorita, estoy yendo para allá, espérame-y diciendo esto corte para empezar a conducir.
--30 minutos después--
<<No puedo creerlo, por fin la veré en persona, estoy nervioso, ¿Qué si no le gusto en persona?>> <<Oh, por favor, cállate ya>> Mi mente confundida paseaba de un pensamiento al otro en segundos. No podía creer que ella estuviera ahí, por fin la tendría entre sus brazos como tanto anhelaba. Estacione lo más cerca de la puerta que pude y baje de un salto, casi corriendo hacia la puerta del aeropuerto. Entre acelerado y pregunte por que puerta había llegado un vuelo desde ___ (Tu País) y me dirigí hacia allí rápido, buscando con la mirada por los asientos hasta encontrarla. Allí estaba. Mi corazón se paró por unos segundos al verla allí, hecha una bolita en el asiento, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, su pecho subiendo y bajando al compás de su suave respiración. Después, empezó a latir a toda marcha, casi como si quisiera salir de mi pecho hacia su encuentro. Lentamente me acerque a ella y la observe. No podía creerlo, realmente era ella. Muy despacio me coloque detrás de ella y tape sus ojos. Sentí como se removió inquieta y luego como se puso tensa, asustada.
-Hola preciosa-dije susurrando en su oído. Al escuchar mi voz se relajó contra el asiento y dejo escapar una sonrisa, al tiempo que se sonrojaba.
-Hola-susurro muy bajo, casi tanto que no pude oírla.
Despacio retire mis manos de sus ojos y me puse delante de ella. Ambos nos quedamos mirando, inseguros respecto al próximo paso. Suave se levantó del asiento y se acercó a mí. Levanto una mano temblorosa y la puso sobre mi mejilla, acariciándome con el pulgar.
-Realmente eres tu-dijo maravillada.
En ese momento no pude aguantarme más y la tome entre mis brazos, apretándola contra mí y enterrando mi cara en su pelo. Un sollozo se escapó de mí, haciendo vibrar todo mi pecho, permitiendo que ella lo sienta. Levanto su cara para mirarme y allí había unas pequeñas lágrimas deslizándose en silencio por su rostro y una sonrisa que brillaba más que todas las estrellas del cielo.
-Estas aquí. Te tengo entre mis brazos-dije sin poder creerlo.
-Finalmente lo estoy.
Me acerque lentamente, tomándola de ambas mejillas. Unos centímetros antes de unir nuestros labios, me detuve y la mire a los ojos.
-¿Qué pasa?-susurro con la voz temblorosa.
-Es tu primer beso, quiero que sea especial, que nunca lo olvides.
-Solo siendo tú el primero ya lo haces especial e inolvidable, ahora, bésame-susurro sonriéndome y unió sus labios con los míos, sellando ese amor que había crecido a la distancia, y seguiría creciendo, con o sin ella, por el resto de nuestras vidas.

FIN <3


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